6 de octubre de 2011

La cocina mexicana


Cuando fui niña éste era uno de mis libros favoritos:


Sí, un recetario.

¿Por qué un libro de cocina se posicionaría (nótese el término mercadológico) de modo favorable en la mente y en la vida de una niña flaca y solitaria?

Respuesta correcta: por el folklore.

Fue para mí una introducción a los estudios folklóricos y a la historia de México. Disfrutaba  leer las citas que contiene alrededor de las recetas; supe de Sonia Corcuera y Salvador Novo; me encantaron las fotos de temas gastronómicos. Supongo que alcancé a vislumbrar una relación entre la cocina y el comportamiento humano. 

Este libro despertó en mí algunas inquietudes como la fotografía de alimentos, la microhistoria y la gastronomía, claro. Estoy segura de que tiene alguna parte de responsabilidad sobre mi amor por la comida. Y bueno, también sentí cariño por aquellos indígenas prehispánicos que legaron el cuitlacoche, y por las cocineras novohispanas con todo y sus afanes alimenticios. Mis secciones favoritas eran Pan , pasteles y galletas, dicha completa y Todo un regalo: dulces y helados.

Transcribo algunas citas interesantes, muchas de las cuales no entendí plenamente sino años, años después. (¿notan la nostalgia en el ambiente?)


"La cocina de una sociedad es un lenguaje al que ésta traduce inconscientemente su estructura". (Claude Levi-Strauss, El origen de las maneras de mesa)


"Cuando el maíz está tierno en su mazorca y como en leche, cocido o tostado lo comen por regalo indios y españoles, y también lo echan en la olla y en guisados, y es buena comida". (Joseph de Acosta, Historia natural y moral de las Indias)


"Mercarán pollus, voceaba el pollero, que conducía a los infelices animales apretados y confundidos en el huacal, por cuyos intersticios asomaban aquéllos una pata para descansar, o la cabeza en busca del aire que respirar". (Antonio García Cubas, El libro de mis recuerdos)


"...Pero acá era la mera tierra del chile bravo; del que le da sabor al caldo, del que es capaz, como Tezcatlipoca, de encarnar en mil formas, colores, tamaños, empleos..." (Salvador Novo, Cocina mexicana)


"¿Qué cosa y cosa que va por un valle, y va dando palmadas con las manos como la mujer que hace tortillas?" Adivinanza azteca


"En cuanto a las cantidades que deben entrar de cada cosa [en el aderezo] se dice que esto debería encargarse a distintas personas de diversas inclinaciones: un avaro debía echar el vinagre, un pródigo, el aceite y un prudente la sal, dejándose a un tonto la tarea de revolverlo todo". (Diccionario de cocina de 1883)


"¿Por qué no recordar en Cortés al pionero que introdujo desde las Antillas semillas, caña de azúcar, moreras, sarmientos (vid) y ganado para iniciar su labor ya no de conquista, sino de colonización?" (Sonia Corcuera, Entre gula y templanza)


"¿Tiene deleite el que come sin hambre y el que bebe sin sed?" Otra vez Sonia Corcuera.


"Decimos que no todas las cocineras han contribuido en igual proporción al bienestar culinario del mexicano. Las creadoras, las artistas de la cocina, han sido quienes tienen un algo intangible con lo que se nace y que no se hace a voluntad: buen sazón". (Ídem.)


Esta me encantaba:

"La primera [cocinera], mientras freía el huevo, solía rezar un Avemaría: era teológica; la segunda creía en la relación del fuego y las manecillas del reloj, pero todavía con mezcla de fetichismo, porque, aunque contaba los minutos, estaba convencida de que el reloj intervenía directamente en el fenómeno: era metafísica; la tercera... era experimental, propiamente científica y consultaba el aspecto mismo del huevo y lo retiraba a tiempo de la lumbre". (Alfonso Reyes, Memorias de cocina y bodega)


"Contigo la milpa es rancho, y el atole, champurrao". (Dicho popular) [¿Alguien ha oído alguna vez este dicho en vivo? Yo no.]


"... Los chinos abrieron cafés por los barrios. Hacían el pan, distintos algunos de los bizcochos conocidos: bisquetes, panqués Los exhibían tentadores en el pequeño escaparate que reducía la puerta de la entrada del Café". (Salvador Novo, ídem)


Ah, así conocí a Ramón López Velarde:

"Cuando nacemos nos regalas notas,
después, un paraíso de compotas,
y luego te regalas toda entera
suave patria, alacena y pajarera."


También me gustaban las ilustraciones en blanco y negro tomadas de grabados novohispanos, el delicado estilo de la redacción de los editores, el olor bonito del papel (que conserva hasta hoy, ahorita), la diagramación y que al final dice "FINIS".
Siempre quise una Crema azotada de zarzamora y un pedazo de Rosca de fresas con crema Chantilly, pero eran muy caras. O eso decía Melbamelia.
En fin, ¿se enamoraron también del libro, no? ¡¿NO?!



Les dejo una receta de Chocolate con leche.

Fray Tomás Gage, al describir Chiapas, relata que las damas se hacían servir por sus criados, en plena misa y a toda hora en la iglesia, grandes tazones de chocolate, para gran indignación del obispo don Bernardo Salazar, quien tuvo que excomulgarlas, y ni así consiguió que dejaran el vicio del chocolate.

Ingredientes para seis personas

3 tabillas de chocolate amargo
3 tablillas de chocolate a la vainilla
1 1/2 litros de leche

Parta el chocolate en pedazos chicos. En una olla, caliente a fuego bajo la leche con los pedazos del chocolate y revuélvala hasta que éste se haya deshecho completamente. Cuando la mezcla suelte el hervor y empiece a subir, aparte un momento la olla del fuego y vuelva a ponerla en él hasta que el chocolate suba de nuevo. Repita esta operación una vez más. Con estos tres hervores logrará que el chocolate haga más espuma al batirlo.
Mida entonces una taza de chocolate, vacíelo en un pocillo y bátalo con el molinillo hasta que haga espuma; páselo a la taza nuevamente y repita esta misma operación con las otras 5 tazas. Llévelas entonces a la mesa.




21 de septiembre de 2011

Maravilla



Foto de Lauren

Padezco maravilla congénita. Mis ojos ingenuos todo lo ven como prodigio.
Me pasma la humanidad completa, los fantasmas de cada época. Disfruto ver fantasía, filosofía y ciencia en  lo cotidiano. En realidad son fugas oníricas, nada serio, pero todo bello.

Quisiera contener todas las palabras las que no tenían disfraz, mirar las fotos que no se tomaron, profundizar en la ciencia moderna, las recopilaciones arcaicas, la percepción antropomorfa, los alucines, los equilibrios, las fragilidades, todo lo efímero, la sensualidad duradera.

Es curioso que lo relativo y lo absoluto, nuestras amplias capacidades, los mundos posibles permanezcan encerrados en algunos centímetros cúbicos cerebrales.

Me gustaría volver al punto antiguo en que brotan las nociones, surgen las conexiones y la eternidad se desencadena.


9 de septiembre de 2011

Talentos Inútiles

Hoy llamaron rústicos a mis pies.
Y, en efecto, son un rudimento de extremidades, como muchos de los pies con ascendencia indígena: una especie de tamaloide.
Además de eso, mis pies son muy flexibles como el resto de mi cuerpo, condición que me hace poseedora del siguiente Top 6 de Talentos Inútiles:


6. Caminar pisando con la parte de arriba de los dedos del pie.
5. Contorsionarme grotescamente, o con eufemismo: hacer origami corporal.
4. Girar 90° mis tobillos.
3. Tocar el dorso de mi mano con el dedo índice de la misma mano.
2. Girar 180° mis pulgares.
1. Encender la luz con los pies.


Y en conclusión, nada, solo vine a procrastinar.



3 de agosto de 2011

Vuelo

«El agonizante siglo XIX nos lega dos nuevas máquinas. Ambas nacen casi en la misma fecha, casi en el mismo lugar, se lanzan simultáneamente por el mundo, cubren los continentes. Pasan de las manos de los pioneros a las de los explotadores, franquean un "muro del sonido". La primera realiza por fin el sueño más insensato que ha perseguido el hombre desde que mira el cielo: arrancarse de la tierra. Hasta entonces sólo tenían alas las criaturas de su imaginación, de su deseo: los ángeles. Esta necesidad de volar, que toma impulso mucho antes que Ícaro, al mismo tiempo que las primeras mitologías, se muestra aparentemente como la más loca e infantil.

(...) El espacio aéreo se había civilizado, nacionalizado, "navegabilizado". El avión, hobby de soñador, manía de cabalgador de nubes, era asimilado por la práctica y se convertía en el medio práctico del viaje, del comercio y de la guerra. Unido a la tierra por redes de radio y radar, se ha hecho correo del cielo, transporte común, diligencia del siglo XX. Sigue siendo dominio del sueño,  pero cada hazaña precede y anuncia una explotación. El avión no ha huido de la tierra. La ha dilatado hasta la estratósfera. La ha acortado.»

Édgar Morin en El cine o el hombre imaginario, libro que amo.


Ah, por cierto, no fueron los hermanos Wright, sino Clément Ader quien voló el primer avión.



Bocetos de avión, por Clèment Ader


PD. La segunda máquina es el cinematógrafo, pero no cabe aquí por ahora.

PD. 2. La primera vez que volé en avión me salieron lágrimas por el prodigio y la suerte de vivir en el siglo XXI. Así de cursi soy. A veces.


14 de junio de 2011

Somnífero

Un momento.
¿Qué haces cuando quieres explicarle que esto no es todo?
¿Cómo viajas al punto crítico y disuelves los factores corrosivos?
¿Cómo comprendes la turbulencia de la psique?

Si la existencia fuera menos frágil
Si la muerte fuera menos irreversible
Podríamos tener más defunciones catárticas
Más simulacros de ultratumba.

¿Cómo le digo que tenemos que conocer las novedades?
Los inventos de las próximas décadas.
Tenemos que discutir el mundo.

Ahora me pregunto cuáles son los motivos reales.
Si fue la infancia
O la historia reciente
O la carestía
O la sobredosis
O qué.

¿Cómo pongo en una caja un poco de buena suerte?
¿Cómo le regalo fortuna?
¿Cómo le invento inicios?
¿Cómo le obsequio una lluvia bonita?
¿Cómo me vuelvo niña para tomarle la mano?
¿Cómo le otorgo paz que no sea de sepulcro?

Cómo le inventas la mejor canción, el mejor poema
Qué palabras desechas
Qué referencias usas
Qué historia le cuentas
Para que no se vaya.

Fui yo quien habló con él sobre somníferos, sobre herencias y escenarios de muerte.
Ahora qué hago con la desesperación, la ansiedad y la impaciencia.
Qué acciones tomo.
Ciertos escenarios en el planeta empiezan a girar alrededor de un solo propósito:
Que no ocurra el acontecimiento.
[Lo único que importa es que no ocurra.]

Entonces, ¿qué haces para entender la pesadilla?
¿Cómo le contagias apasionamiento?
¿Cómo le aseguras que vale la pena?
¿Cómo maravillas a un amigo suicida?

Anastasia


Tengo ganas de psicodelia y nuevos mundos.
Más lluvia y más café endulzado.
Menos etiqueta.
Tengo ganas de más momentos intensos efímeros
para la posteridad eterna, para el recuerdo, la memoria absurda.


Me da ganas absurdas de ser un bestiario, una colección infame de aberraciones, un libro de cuentos de hadas, un índice de libros prohibidos, una ensalada. Me da ganas de lo absurdo y lo insensato, pero si no es ahora, cuándo.


Algunas madrugadas todo parece desembocar en un gigantesco reductio ad absurdum.

2 de abril de 2011

Las aventuras del hospiciano retaco morocho

Oigan (lean), en medio del sopor de la tarde y la unidad dos de Teorías del Discurso se me ocurrió mostrarles esto.
Fue una tarea el semestre pasado. La instrucción era hacer un cuento usando únicamente las palabras de un listado que nos daban sin repetirlas. Sólo les podíamos añadir artículos y preposiciones. Y pues... así quedó:


«En la dársena blufea un pololo de fatua tenida. Bisbisa anatemas la caterva:

“―Empingorotado, engolado sotreta...
― ¡Fútil, zafio huevón!”

Un agreste hospiciano ñato desde la inclusa lucubra el oprobio para el gandul, tras un ubérrimo gramófono.
Se agazapa tras un quilombo. Cocea, se solivianta…
¡Un yacaré! ¡Aperreado óbice retobado!...
Tras un visaje de julepe, ¡el zurriago, la vincha!
Tras el mamporro, ígneo panegírico al retaco morocho.»

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Útil:
Diccionario de la RAE :D